La era neopagana

El actual Papa Benedicto XVI gustaba de decir que estamos en la era neopagana. Esta idea es mucho mas profunda de lo que puede parecer a primera vista. Antes de la llegada del Cristianismo, en la era pagana, el aborto, la eutanasia, el divorcio, el totalitarismo ideológico, la superstición y los horóscopos eran aceptados por la sociedad del momento como algo "corriente" y asumible. El nacimiento de un Niño en un establo de un pueblecito perdido al este del Imperio Romano cambió radicalmente el mundo. En una sociedad pansexualizada, el Niño nació de una Virgen, en una familia modelo de todas las familias. Unos Magos(=sabios) que buscaban la Verdad, sin prejuicios, encontraron al que es la Verdad y la Vida, junto a María Su Madre y junto al hombre justo esposo de María, San José. Este Niño, Hijo de Dios hecho hombre por nosotros, cambió el mundo entero, la vida comenzó a tener un valor independiente del gobierno de turno, la vida es un don de Dios que hay que respetar y defender. El matrimonio adquirio el rango de sacramento, lugar donde vivir la gracia divina al servicio de la vida, célula básica de la sociedad. Se superaron las supersticiones y el hombre recuperó la libertad perdida. Hoy miramos a nuestro alrededor y vemos miles de abortos impunes, familias desechas, totalitarismo ideológico que ha entrado en la familia y en la escuela a través de asignaturas como educación para la ciudadanía, estamos en una era neopagana. Antes esperaban a un Salvador, el Mesías, el Señor que devolviera al esperanza a un mundo sin esperanza. Ahora, ¿esperamos al Salvador?. Tenemos la certeza de que ya ha venido, urge pues que preparemos nuestros corazones, nuestras familias, nuestros centros educativos y de trabajo, y podamos decir con San Pablo: Maranatha, ven Señor Jesús.

Año nuevo... incertidumbre, retos... ESPERANZA

El año 2009 se nos presenta envuelto en incertidumbres, la crisis económica y sus consecuencias nos rodean como  jauría de lobos alrededor de su presa. La crisis cultural y moral, de una forma más solapada, está manifestando un drama sin parangón en las personas, sus familias, empresas, en la sociedad. La vida del ser humano, desde la concepción hasta la muerta natural, no sólo está desprotegida sino directamente atacada por quiénes deberían defenderla.
Ante un panorama tan desolador, ¿cabe alguna esperanza? Mi respuesta es claramente SÍ.
Acabamos de celebrar la razón de nuestra esperanza, un NIÑO. Un Niño que nace en un establo, rodeado del amor de Su Madre, la Virgen María y de Su padre, San José. Escondido del mundo, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Hijo de Dios, se hace hombre, se hace Niño, para salvarnos, para devolvernos la esperanza a este mundo sin esperanza.
Es asombroso, es más, es un escándalo para el mundo actual, ¿cómo Dios se va a hacer hombre y encima aparecer como un niño desválido, necesitado de nuestro amor y cuidado?. Este escándalo para el mundo, es la causa de nuestra esperanza. Dios se ha hecho Niño, y en este Niño encontramos la salvación.